Sistema Arrecifal Mesoamericano, una joya que debemos valorar

Los arrecifes de coral además de belleza escénica ofrecen beneficios y servicios de los que dependen las personas y otros seres vivos. Foto: Lucy Calderón Fotoarte: Lucie Madar
Saber que el Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) -el cual abarca México, Guatemala, Belice y Honduras-, es la barrera coralina más grande de América llena de mucho orgullo a quienes vivimos en la región. Pero eso no es suficiente para protegerla.
Esta joya subacuática, maravillosa y diversa, que forma parte de una compleja zona marina y costera, con manglares, dunas, playas, pastos marinos y corales enfrenta en la actualidad una serie de amenazas causadas en su mayoría por el hombre. Por tal motivo, cuidarla es responsabilidad de todos los que disfrutamos de los múltiples servicios ecosistémicos que brinda.
Conocer para valorar
Con el fin de contribuir a comunicar los desafíos que enfrenta el SAM y cómo pueden ser contrarrestados, se efectuó el Taller Internacional de Arrecifes de Coral para Periodistas. Esta actividad, a la que asistieron reporteros de México, Honduras y Guatemala se llevó a cabo en la Isla de Cozumel, México e incluyó visitas de campo a áreas naturales protegidas del Caribe mexicano, así como charlas magistrales de investigadores con trayectoria en el estudio de las especies marino-costeras que habitan la zona.
La organización del taller estuvo a cargo de Fabián Carvallo, presidente de la Red Mexicana de Periodistas Ambientales (REMPA); la iniciativa Comunicar para Conservar, del biólogo mexicano Rodrigo Navarro; y la Ocean Futures Society de Jean Michael Cousteau, con el apoyo financiero de la Earth Journalism Network de Internews. También contó con el patrocinio de personas altruistas que conocen la importancia que tienen los arrecifes coralinos para la economía local, tales como Gabriel Nayar, Eduardo González Cid, Noemí Ruiz de Becerra y los administradores del Hotel Casa Mexicana; de la empresa de buceo Scuba Du; de la Fundación de Parques y Museos de Cozumel; del Planetario de Cozumel; de los restaurantes El Palomar, La Choza, La Misión, La Candela, Cervecería Punta Sur, Casa Denis y el servicio de transporte del señor Daniel Cortés.
Espectacular escenario
Una de las visitas de campo que hicieron los periodistas fue al Parque Marino Nacional Arrecifes de Cozumel, declarado como tal, el 19 de julio de 1996. Este se encuentra en el municipio de Cozumel, en el estado de Quintana Roo, aproximadamente a 16.5 kilómetros al Este de la península de Yucatán.
Los tonos azul-turquesa del agua son fascinantes. Foto: Lucy Calderón
Según indica el Programa de Manejo del parque, publicado en la página electrónica de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), institución que tiene a su cargo el monitoreo y vigilancia de este lugar, los arrecifes que alberga están formados por una comunidad coralina que, como todas las de su tipo, son de las más diversas y complejas en los mares. En ella habitan miles de organismos propios de aguas tropicales, donde están representadas cientos de especies de todos los reinos. Sobresalen los corales duros y blandos, así como esponjas, crustáceos, moluscos, equinodermos y peces arrecifales.
Las comunidades vegetales están representadas por algas, de las que hay una enorme variedad, así como por pastos marinos. Además, el área es un reservorio de especies de flora y fauna marinas, algunas de las cuales se encuentran amenazadas, en peligro de extinción o sujetas a protección especial, tal es el caso de las tortugas marinas: verde, caguama y carey; la langosta, el caracol reina, el coral negro y los corales Acropora palmata y A. cervicornis.
Mapa del Parque Marino Nacional Arrecifes de Cozumel. Fuente: Programa de Manejo, CONANP
¡Al agua todos!
Previo a emprender la travesía por el parque marino, Érica López, analista de áreas naturales protegidas de la CONANP mostró a los participantes el mapa de la zona. También explicó que todas las actividades turísticas como buceo, snorkeling, cayac y motos acuáticas están reguladas, por lo que se recomienda a los visitantes contratar los servicios de operadores turísticos que estén debidamente autorizados para brindar sus servicios. Estos operadores deben colocar al visitante un brazalete, el cual significa que pagaron el impuesto de conservación por el disfrute del área, o bien, el turista puede comprar un pasaporte que le da derecho a efectuar las actividades recreativas con la tranquilidad de estar cumpliendo con la normativa del parque.
Érica López, de la CONANP, quien sostiene el mapa del parque, comenta que el sitio está dividido en tres zonas de uso: el restringido, el de baja intensidad y el intensivo. Foto: Lucy Calderón
Érica López, de la CONANP, indica las reglas que deben respetarse en el área. Por ejemplo, no dar de comer a la fauna marina, no tocar los corales y tampoco aplicarse bloqueadores o bronceadores antes de entrar al agua. Foto: Lucy Calderón
Previo a la práctica de snorkeling, las periodistas recibieron una guía de identificación de las especies que hay en el agua. Foto: Lucy Calderón
Después de haber recibido las indicaciones para hacer snorkeling con seguridad, las periodistas se alistaban para entrar en el agua. Foto: Lucy Calderón
Múltiples servicios y beneficios
Turismo y recreación, cultura, protección costera, pesca, resguardo de especies de importancia ecológica y comercial, alternativas de empleo e ingresos para las comunidades aledañas son algunos de los varios beneficios que el SAM brinda a más de 2.5 millones de personas que viven en los cuatro países que abarca.
También se estima que con su significativa diversidad biológica, así como por los diversos servicios ambientales que ofrece, el SAM contribuye al bienestar social y de salud de los pueblos, a la vez que aporta a la economía de la región unos US$6.2 billones al año, comentó Mélina Soto, coordinadora para México de la Iniciativa Arrecifes Saludables para Gente Saludable (HRI, por sus siglas en inglés).
Observar los arrecifes de coral y los peces que los habitan, a través de la práctica del snorkeling, es una experiencia inolvidable. Foto cortesía: Daniel Hoyo
El cielo, un banco de arena donde habitan estrellas de mar. Foto: Lucy Calderón
De ahí que para asegurar en el tiempo los valiosos recursos que el SAM provee, es imprescindible que los habitantes de los países que comprende, hagan un aprovechamiento sostenible de los bienes marinos y terrestres con los que cuentan. Conservar el SAM significa preservar el sistema de soporte de vida de las personas, porque de su prosperidad ecológica dependemos no solo los humanos sino muchas especies de seres vivos.
¿Qué amenazas enfrenta el SAM?
"En todo el mundo los arrecifes coralinos están amenazados por las acciones humanas, desde la crisis climática actual, hasta la modificación de las zonas costeras. También los afectan condiciones estresantes como sedimentación, enfermedades, incremento de algas y bacterias; contaminación por metales pesados y tóxicos que llegan al mar", señala el Dr. Lorenzo Alvarez Filip, investigador en el Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación, de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales, Universidad Autónoma de México.
Los manglares son vitales para la salud de los arrecifes coralinos, sin embargo, están siendo talados en muchas partes del SAM para construir lotificaciones o cadenas hoteleras. Foto: Lucy Calderón
Otros de los desafíos que enfrenta el Arrecife Mesoamericano son:
- El desarrollo incesante de las costas que trae consigo la destrucción de los manglares y el aumento de la sedimentación.
- Los plásticos y los desechos sólidos que afectan directamente a la fauna marina y por último se descomponen en microplásticos, lo que supone un peligro adicional para la vida acuática.
Botella de plástico sobre sargazo que arribó a playas del Parque Punta Sur, en México. Foto: Lucy Calderón
· Las aguas residuales de las comunidades continentales que contaminan los ríos que fluyen hacia el océano en donde se unen a las aguas residuales de las comunidades costeras.
· La escorrentía agrícola, los sedimentos y los efluentes químicos que fluyen hacia el océano.
· El crecimiento desmedido de macroalgas que asfixian los corales.
· Las especies exóticas invasoras como el pez león y la pesca excesiva que reduce las poblaciones de especies marinas clave.
· La crisis climática que exacerba las demás amenazas e incluye tormentas más intensas, aumento del nivel del mar y de la temperatura del agua.
· El surgimiento del síndrome blanco, una enfermedad de la cual aún se desconoce el agente causal, pero que produce la muerte del tejido de los corales. Según datos de la CONANP y aliados, se reportó por primera vez en el Caribe mexicano en junio de 2018 y los últimos informes indican que ya llegó a Belice. Ha matado al 30 por ciento de los corales cerebros y otras especies de crecimiento masivo. Los científicos atribuyen su rápido avance a la mala calidad del agua marina, derivada del ineficiente tratamiento de las aguas residuales y a las mareas marrón, producto de la descomposición del sargazo.
Coral cerebro afectado por el síndrome blanco. Foto cortesía: Dr. Pedro Medina Rosas
En cuanto al índice general de salud del SAM, “aunque mejoró de 2.3 a 2.8 (estado regular) durante la última década, es importante continuar con el manejo colaborativo del arrecife, porque los esfuerzos y las acciones de manejo específicas que se efectúan en los países que comprende, repercuten en los resultados de los cuatro indicadores de salud que se evalúan: cantidad de peces comerciales, de peces herbívoros, corales y macroalgas carnosas”, señala el Reporte del Arrecife Mesoamericano. Evaluación de la Salud del Ecosistema 2018, elaborado por HRI y publicado antes del aparecimiento del síndrome blanco en Mesoamérica.
Asimismo, en el citado reporte se especifican las acciones que cada país del SAM debe efectuar para conservarlo. A México se le sugiere proteger los peces herbívoros y mejorar el tratamiento de las aguas residuales. A Belice, incrementar el área de zonas de recuperación pesquera y prohibir el uso de redes agalleras y trampas. A Guatemala, crear zonas de recuperación pesquera dentro de zonas arrecifales, restringir el uso de redes agalleras y de arrastre. Mientras que a Honduras, reducir la entrada de contaminantes por escorrentía, mejorar el tratamiento de aguas residuales y crear más zonas de recuperación pesquera.
¿Qué más se puede hacer para proteger al SAM?
· Reducir drásticamente la contaminación que llega al mar. Es necesario que las comunidades costeras y cadenas hoteleras cuenten con sistemas de alcantarillados públicos y plantas de tratamiento de aguas residuales adecuadas. Las personas que usen fosas sépticas o biodigestores deben darles mantenimiento; revisar que no tengan fugas.
· Proteger los manglares y los pastos marinos. Estos ecosistemas son filtros que depuran las esocrrentías que llegan al mar, las plantas de tratamiento naturales de la región.
· Preferir el uso de ropa de manga larga y sombreros para protegerse del sol. Aplicarse bloqueadores o bronceadores no es recomendable porque pueden provocar la muerte de los corales de forma rápida.
· No comprar ni consumir peces loro (familia Scaridae). Estos peces son aliados para combatir las macroalgas porque se alimentan de ellas y las pueden mantener bajo control.
· Evitar el uso de plásticos desechables. En lugar de adquirir productos envasados en este material, que muchas veces terminan en el mar, usar vasos de vidrio, bolsas de tela y recipientes reusables.
· Apoyar los programas de restauración de los ecosistemas marino-costeros.
· Reconocer el impacto perjudicial del desarrollo costero descontrolado y aplicar regulaciones estrictas de construcción y manejo de aguas residuales, indica el Dr. Lorenzo Álvarez Filip.
· Fortalecer a las instituciones de gobierno encargadas de la protección de las áreas naturales.
· Fomentar la inversión e incremento de la investigación de áreas naturales.
· Invertir en educación ambiental para toda la población.
En la Fundación de Parques y Museos de Cozumel desarrollan programas e iniciativas educativas para incentivar la conservación ambiental y la custodia de su patrimonio histórico y cultural. Foto: Lucy Calderón
Al finalizar el taller, los periodistas participantes partieron a sus ciudades de origen con la felicidad de haber admirado la belleza del Sistema Arrecifal Mesoamericano, pero también con el compromiso personal y profesional de comunicar lo aprendido, como una manera de contribuir a la conservación de este tesoro compartido que sustenta la vida no solo de Mesoamérica sino también del mundo.
Algunas de las publicaciones realizadas hasta el momento, para que puedan seguir aprendiendo sobre el SAM son las siguientes:
2) https://notitrends.com/ecologia/se-realiza-taller-para-periodistas-ambientales-en-cozumel/
3) https://www.poresto.net/2019/07/05/taller-de-periodismo-ambiental-sobre-arrecifes/
5) https://radio.chapingo.mx/arrecifes-coralinos-en-radio-chapingo/
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