Publicado en August 26, 2016
Por Lucy Calderón

Démosle un vistazo a la agricultura orgánica

Parcela demostrativa de arveja cultivada de forma orgánica en San José Pinula, Guatemala. Foto cortesía: María Regina Cosenza

Parcela demostrativa de arveja cultivada de forma orgánica en San José Pinula, Guatemala. Foto cortesía: María Regina Cosenza

La capacitación constante del agricultor es importante para que asuma el compromiso de no aplicar ninguna sustancia química a sus cultivos. Foto cortesía: María Regina Cosenza

Es importante invertir en investigación científica en el campo de la agricultura orgánica para desarrollar tecnología que haga más eficientes los cultivos. Foto cortesía: María Regina Cosenza

La Licda. Lidia Girón, de OCIA Internacional, durante la inauguración del encuentro.
Foto: Lucy Calderón

En el evento participaron estudiantes de agronomía, productores, certificadores y público interesado en la agricultura orgánica. Foto: Lucy Calderón

El encuentro sobre agricultura orgánica se llevó a cabo en Anacafé. Foto:  Lucy Calderón

El ingeniero Humberto González durante su exposición sobre qué es la agricultura orgánica y qué normas la rigen. Foto:  Lucy Calderón

El ingeniero Alvaro Ramos, Jefe del Departamento de Agricultura Orgánica del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación. Foto:  Lucy Calderón

El ingeniero Alex Guerra, del Instituto Privado de Investigación en Cambio Climático, dio a conocer los proyectos de adaptación al cambio climático que han implementado en la Costa Sur del país. Foto: Lucy Calderón

En el área de exhibiciones, las jóvenes observan insectos usados para el control biológico de plagas. Foto: Lucy Calderón

Guatemala tiene un gran potencial para el desarrollo de una agricultura y silvicultura sostenible, y para maximizarlo, nada mejor que el conocimiento y la capacitación de primera mano, tal como la recibieron los asistentes del encuentro sobre Agricultura Orgánica y Adaptación al Cambio Climático que recientemente se efectuó en el país.

En el citado evento organizado por OCIA International en colaboración con la Asociación Nacional del Café (Anacafé), el Centro Mesoamericano de Estudios sobre Tecnología Apropiada (Cemat) y la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Fausac), participaron expertos locales e internacionales, quienes compartieron información sobre las mejores prácticas de este tipo de agricultura, así como de sus alcances y retos.

¿Qué significa orgánico?
La producción de un alimento es considerado verdaderamente orgánico si cumple con las prácticas requeridas por las normativas de programas orgánicos del país de origen y del país hacia donde se pretenda exportar el producto.

Por esa misma razón, la definición de agricultura orgánica (AO) varía según el enfoque normativo sobre el cual se converse, e incluso, según las latitudes donde nos encontremos.

En Europa, por ejemplo, la definición de AO se combina con la de biológico, ecológico y natural. Su definición y su práctica se amparan en un marco normativo que establece ciertas restricciones o permisos.

Lo positivo es que el cumplimiento de la normativa del mercado al que se destine la producción orgánica, asegurará que el agricultor tenga más oportunidades de comercializar el producto de sus cultivos. De ahí lo vital de informarse acerca de las “reglas del juego” que establece cada país para permitir el ingreso de productos orgánicos en su territorio, explicó el ingeniero Humberto González, Director para Centro América de Primus Auditing Operations, una empresa dedicada a la certificación de productos orgánicos.

¿Es la AO amigable con el ambiente?
Para que la AO contribuya a la protección del ambiente y a la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global, tiene que, por citar solo un ejemplo, basarse en el uso mayoritario de insumos locales, en lugar de importar sustancias o materia prima extranjera cuyo transporte significaría un gasto energético extra. 

Pero la AO tiene mucho potencial para ser ecológica, porque al estar más normada que la agricultura tradicional se pueden lograr avances en la mitigación del cambio climático. Y lo mejor, es que si el productor cumple con esas normas y estándares internacionales puede recibir un buen precio por sus productos, añadió González.

¿Cuáles son algunos de los retos de la AO?
La AO es más susceptible a los cambios climáticos, porque depende mucho de los recursos naturales de calidad, principalmente, suelo y agua.

En cuanto a plagas, un agricultor tradicional puede usar un insecticida y combatir el problema, pero con la AO los químicos no están permitidos. Incluso, hasta el uso del compost a base de estiércol está regulado.

Las semillas también tienen que ser cien por cien orgánicas y los organismos genéticamente modificados están prohibidos.

El precio final del producto no es lo que recibe el productor. Pero el riesgo que asumen las empresas comercializadoras de alimentos orgánicos es elevado, incluyendo el tema de la certificación.

Los controles en productos orgánicos son mayores y ese proceso aumenta los costos de distribución, porque desde la producción primaria, hasta la manipulación y distribución tienen que estar certificados, dijo González.

Otro reto es agrupar a los productores para que puedan comercializar sus cultivos en conjunto, porque el tema de volumen es fundamental. Nada se hace solo con 20 quintales de un producto.

En la agricultura orgánica, la planta se toma su tiempo para crecer y producir; y esa menor rapidez de crecimiento tiene que compensarse con el precio o el cultivo no será rentable. Por eso los países tienen que invertir en investigación científica para desarrollar técnicas que disminuyan costos y favorezcan la eficiencia de los cultivos orgánicos, enfatizó González. 

Experiencias de transición de agricultura convencional a orgánica
En el municipio de San José Pinula y en el departamento de Sololá se han efectuado proyectos de transición de agricultura tradicional a orgánica. En ese proceso es fundamental la capacitación de los agricultores sobre la temática, porque la mayoría tiene la idea equivocada de que agricultura orgánica es sinónimo de dejar sus cultivos “a la mano de Dios”. 

Hay que explicarles a los productores el beneficio que este tipo de agricultura aporta a la salud individual y del entorno, al no hacer uso de sustancias químicas, porque solo así ellos asumen el compromiso de seguir al pie de la letra las normativas que la rigen.

A su vez, se les enseña a usar solo insumos agropecuarios orgánicos que produzcan en su finca, para de esta manera ser sostenibles, expuso la ingeniera María Regina Cosenza Zea, inspectora de la Asociación para el Mejoramiento de Cultivos Orgánicos (OCIA International, por sus siglas en idioma inglés). 

Aunque estos proyectos experimentales han sido satisfactorios, Cosenza expresó que es importante hacer más investigación para determinar, entre otras cosas, las mejores formas de combatir plagas y manejar el crecimiento de malezas. “No se trata solo de sustituir un insumo químico por uno natural, sino de lograr que la producción sea más eficiente y sostenible”, puntualizó.

Y, por último, pero no menos importante, un actor clave en el desarrollo de la AO es el consumidor. Sí, un consumidor informado que tome la decisión de preferir productos orgánicos y certificados, para de esta manera asegurarse de estar adquiriendo alimentos producidos con estándares internacionales.

Conozca sobre OCIA Internacional y las certificaciones que requiere una operación que quiere iniciar prácticas de AO y los servicios de certificación.

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