Un fructífero viaje al reino de los hongos
Un interesante e ilustrado recorrido por los orígenes, distribución geográfica e importancia cultural, ritual, alimenticia, ecológica y económica de los hongos se efectuó recientemente en la capital guatemalteca.
Lo mejor de todo es que para transportar a los participantes de esta travesía al maravilloso reino Fungi no fue necesario darles a comer ninguna especie alucinógena, de las que el Máster Miguel Torres, Académico de número de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala, mencionó en su cautivadora presentación: “Hongos Mágicos y Sagrados de los Mayas”.
Ese acercamiento a las características, diversidad y beneficios que provee ese grupo de organismos, considerado de los más abundantes del mundo, después de los invertebrados, se logró a través de las experiencias que compartieron los investigadores que con pasión se han dedicado a estudiarlos.
Así fue que en un estado muy consciente, los asistentes al seminario “Experiencias en Guatemala sobre el estudio de hongos y su potencial de desarrollo”, aprendieron sobre los estudios etnomicológicos, lingüísticos, ecológicos y químicos del fascinante reino Fungi.
Esta actividad fue organizada por el Laboratorio de Investigación de Productos Naturales (LIPRONAT), de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia, de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).
El límite está en la imaginación
Hábitat, alimento, protección, apreciación de la naturaleza….. y en las comunidades donde las personas viven de la recolección de leña y de la venta de los hongos que colectan en los bosques, estos también son fuente de ingresos. De ahí que los beneficios o funciones de los hongos son diversas.
Su dominancia depende del ecosistema en el que se encuentren. Los hay micorrízicos (que se asocian con las raíces de las plantas); saprófitos (que viven sobre materia orgánica en descomposición y se alimentan de ella); parásitos (los que se desarrollan y llevan a cabo su existencia sobre tejidos vivos, sea cual sea su origen) y líquenes (algas y hongos que viven en asociación).
En el caso de Guatemala, los bosques más ricos en hongos son los de pino-encino; luego los de latifoliadas (árboles y arbustos de hojas anchas y planas); después los de pino y por último los de pinabete.
Sin embargo, se cree que los bosques tropicales son más ricos aún en especies de hongos que los de pino-encino, específicamente en hongos saprófitos, pero hace falta estudiarlos.
Respecto de los hongos silvestres comestibles, la mayoría de los que consumen los guatemaltecos proviene de bosques templados.
“Por eso es importante contribuir al mantenimiento sano de los bosques. Pero estamos tan acostumbrados a este paisaje local que no nos percatamos de su importancia ecológica”, enfatizó el micólogo Roberto Flores, al hablar de la diversidad fúngica de Guatemala.
Riqueza incalculable
Los hongos son organismos muy antiguos que al parecer se originaron cuando los actuales continentes estaban unidos en Pangea, el súper continente que existió al final de la era Paleozoica y principios de la Mesozoica.
También se cree que África fue uno de los puntos principales del origen de los hongos a nivel mundial y cuando Pangea comenzó a separarse, también inició la migración y la especiación.
Posteriormente, unos 50 millones de años atrás, al establecerse el istmo centroamericano ya hubo conexión entre especies del norte con las del sur, por lo que las especies de hongos que en la actualidad se encuentran en Sudamérica y que también tienen un origen africano, lograron establecerse en Centroamérica y México.
La mayor parte de los géneros que hay en Guatemala provienen del hemisferio norte; y los que tienen origen sudamericano, a nivel local han producido sus propias especies.
De esa cuenta, “Guatemala es uno de los países con mayor diversidad fúngica del continente americano y el segundo en conocimiento ancestral o etnomicológico después de México. Tenemos registradas 83 especies de hongos comestibles. Algunas son endémicas, otras con distribución mesoamericana; hay unas que se parecen mucho entre sí y que forman complejos de especies que solo se pueden diferenciar por análisis microscópicos, moleculares o filogénicos”, explicó Flores.
Los hongos que están asociados a encinos se parecen mucho entre ellos, pero al analizarlos microscópicamente resultan diferentes. A nivel molecular también ofrecen resultados fascinantes.
En la Universidad de Tourin, Francia están haciendo unos análisis a hongos guatemaltecos y los resultados preliminares indican que son especies nuevas para la humanidad. Hay de todos los tamaños, sabores, olores y colores.
¿Y cuántos micólogos somos en el país?, preguntó Flores… “Para la rica diversidad que tenemos hace falta mucho más especialistas para estudiarlos”, añadió.
Por eso, las perspectivas del potencial uso y desarrollo de los hongos son muchas y en Guatemala, tenemos bastante por hacer y aprender, coincidieron los otros expositores del seminario.
Ellos, hablaron sobre los estudios lingüísticos que han hecho sobre los hongos, su importancia como indicadores del estado ecológico de la zona donde se encuentren y la función clave de los hongos micorrízicos en la reforestación.
Para conocer más sobre los hongos micorrízicos vea la entrevista hecha al Dr. Roberto Flores aquí.
Add new comment