Conservar Humedales para la reducción del riesgo de desastres

Los manglares almacenan dióxido de carbono por lo que ayudan a mitigar el cambio climático. Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic. Foto cortesía: CONAP

Los humedales saludables aumentan la capacidad de las comunidades de reponerse a los impactos de un evento climático extremo. Foto cortesía: CONAP

Los humedales son refugio de varias especies de animales y proveen valiosos servicios ecosistémicos a las personas. Foto cortesía: PNUD/Paola Foncea

Parque Nacional Sipacate-Naranjo. Foto cortesía: Paola Foncea, PNUD.

La conservación de manglares o áreas con arbustos tolerantes al agua salada protegen contra el impacto de tsunamis e inundaciones. Foto cortesía: PNUD/Paola Foncea

Evitar la contaminación por plástico y otros desechos en nuestros ríos, lagos y mares es indispensable para su conservación y nuestro bienestar presente y futuro. Río Sarstún. Foto cortesía: CONAP
Áreas terrestres inundadas de agua de manera estacional o permanente, los humedales son una defensa natural frente a posibles tormentas o huracanes, porque actúan como barreras protectoras.
Ellos funcionan como esponjas naturales, absorbiendo y almacenando el exceso de agua procedente de las precipitaciones y reduciendo las inundaciones. Durante la estación seca liberan el agua almacenada por lo que retrasan el inicio de las sequías y reducen la escasez de agua.
Si se gestionan adecuadamente, los humedales pueden hacer que las comunidades tengan la suficiente capacidad de prepararse frente a eventos climáticos extremos, afrontarlos y recuperarse de estos incluso mejor que antes.
Esta protección y resiliencia que ofrecen los humedales es de vital importancia cuando en los últimos 35 años se ha duplicado la frecuencia de los fenómenos naturales extremos y se prevé que haya más, advierten los investigadores del Panel Intergubernamental de Cambio Climático.
¿Qué hacemos en Guatemala para proteger nuestros humedales?
De izq. a derecha: Igor Garafulic, PNUD; Fernando Castro, CONAP y Minor García, Sub-secretario Ejecutivo del CONAP. Foto cortesía PNUD/Diana Reyes
Desde febrero de 2014 está ejecutándose en el país el Proyecto Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad en Áreas Protegidas Marino Costeras, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés).
El proyecto está enfocando en cinco áreas del pacífico: Sitio Ramsar Manchón-Guamuchal; Parque Nacional Sipacate-Naranjo; Reserva Natural de Usos Múltiples Monterrico; Área de Usos Múltiples Hawaii y Área de Conservación Las Lisas-La Barrona.
Y a solicitud del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), ente administrativo de los Humedales de Importancia Internacional en Guatemala o Sitios Ramsar como se les denomina, los líderes del proyecto trabajan en la actualización de la ficha informativa del primer humedal citado y en la creación de las fichas informativas de los otros cuatro.
El objetivo es que sea considerada la inclusión de esos sitios, por parte de la Secretaría de Ramsar, en la Lista de Humedades de Importancia Internacional, explicó Minor García, Sub-secretario Ejecutivo del CONAP, durante la conferencia de prensa que se realizó en celebración del Día Mundial de Los Humedales 2017, el pasado 2 de febrero.
Según explicaron las autoridades del CONAP y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la meta de que haya otros cuatro Sitios Ramsar en Guatemala es contribuir a la conservación de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos que estos proveen.
“No se trata de conservar solo porque son zonas bonitas. Es una cuestión de supervivencia, de garantizar nuestro bienestar presente y futuro”, indicó Fernando Castro, del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas, del CONAP.
Igor Garafulic, representante en Guatemala del PNUD, señaló que existe un sentido de urgencia para que se protejan estos lugares que son de los más diversos y productivos del planeta. Los humedales proporcionan servicios esenciales para las poblaciones de las zonas marino-costeras, por eso es lamentable su degradación y cambio de uso original, añadió.
Ante la situación, Garafulic explicó que se necesita una buena gestión para su conservación y uso sostenible. Por eso, el proyecto marino costero que está ejecutándose en Guatemala y que es una realidad con el apoyo del GEF, también incluye estudios técnicos, planes de manejo y de negocios para cada sitio.
El proyecto está vinculado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible No.1 Fin de la Pobreza y No.14 Vida Submarina los cuales plantean la reducción de la pobreza a través de fomentar fortaleza en las personas más vulnerables ante los fenómenos extremos relacionados con el clima y conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos.
Los actuales siete Sitios Ramsar
En Guatemala hay siete humedales incluidos en la Convención Ramsar o tratado intergubernamental que proporciona el marco para la conservación y uso racional de estos ecosistemas. Esta convención fue adoptada en la ciudad de Ramsar, Irán en 1971 y ratificada por Guatemala en enero de 1998. En la actualidad, hay 168 países inegrantes de este acuerdo mundial sobre el medio ambiente.
Los siete humedales guatemaltecos, que abarcan 6,285.92 kilómetros cuadrados y que reprensentan el 5.77 por ciento del territorio nacional son: el Parque Nacional Laguna del Tigre, en San Andrés, El Petén; Manchón-Guamuchal, en Ocós, San Marcos; el Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic en El Estor, Izabal; el Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique en Puerto Barrios, Izabal; el Parque Nacional Yaxhá-Nakum-Naranjo en Flores y Melchor de Mencos, El Petén; el Parque Nacional Laguna Lachuá en Cobán, Alta Verapaz; y el Área de Uso Múltiple Río Sarstún en Livingston, Izabal.
Un ejemplo del invaluable aporte de los humedales guatemaltecos
El Refugio de Vida Silvestre Bocas del Polochic, formado por la desembocadura del río Polochic en el Lago de Izabal, el lago más grande de Guatemala, está administrado desde 1996 por la organización Defensores de la Naturaleza.
Según se indica en la página virtual de esa entidad, la vida silvestre en el humedal es abundante, más de 250 especies de aves y poblaciones importantes de mamíferos, reptiles, anfibios y peces. Bocas del Polochic es el área con mayor cantidad de manatíes (Trichechus manatus) en Guatemala. También habita ahí gran población de monos aulladores (Alouata pigra) y nutrias (Lutra longicaudis).
En total, el refugio es hogar de 39 especies de mamíferos (incluyendo las cinco especies de felinos presentes en Guatemala), 138 reptiles y más de 53 especies de peces. Entre ecosistemas terrestres y acuáticos, Bocas del Polochic cubre un área de 20,760 hectáreas (207.6 kilómetros cuadrados).
El humedal funciona como un filtro que atrapa los nutrientes, sedimentos, contaminación y patógenos provenientes de los ríos Cahabón y Polochic. Como resultado, la contaminación del agua producida por las industrias del valle y de los habitantes es reducida significativamente antes de desembocar en el Lago de Izabal, el cual desemboca en el río Dulce, para llegar a su destino en el mar Caribe.
Unas 5,500 personas, principalmente indígenas, viven en las ocho comunidades que rodean el refugio de vida silvestre y se benefician directamente de las ventajas ecológicas que brinda el humedal: agua limpia, tierra fértil, leña, materias primas y pesca. Defensores de la Naturaleza trabaja con la población local en la protección del refugio a través de programas de educación y desarrollo social, ayudándola a mejorar su calidad de vida en armonía con su entorno.
¿Y cómo podemos ayudar a proteger los humedales?
1. Organizando la limpieza de un humedal o participando en ella.
2. Convirtiéndonos en un “embajador” de los humedales para defenderlos.
3. Ahorrando agua y evitando el uso de los productos tóxicos que llegan a los humedales.
4. Participando en iniciativas para conservarlos y restaurarlos.
5. Adoptando normas locales que garanticen la sostenibilidad a largo plazo de los humedales de la zona para todos. Las medidas pueden abarcar el control de la basura y los vertidos ilegales, prohibiciones o límites de capturas en ellos o la regulación del tipo de actividades que se pueden realizar en cada época.
6. Disminuyendo el uso de plástico y otros desechos que llegan a los mantos acuíferos del planeta.
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